viernes, 24 de octubre de 2008

Rashomon

Pienso, y así me lo afirmó un buen crítico de cine, que es más fácil hacer una película basada en un relato corto o novela breve, que adaptar una novela de gran volumen. Es más fácil agrandar que andar quitando capítulos o personajes lo cual puede desmerecer a la hora de comparar la obra impresa con la película. Eso contando con que estamos haciendo una buena película, claro.

Bien pues no es que vaya a hacer una crítica sobre una obra maestra como Rashomon, pero al ver que estaba basada en la obra de Ryunosuke Akutagawa me he metido en internet para saber algo más de este autor. Investigando me he tropezado con los textos de los dos relatos breves en los que se basa Kurosawa para hacer su película y los he leído (supongo que en una mala tradución, o esa impresión me daba, pero es que no los he encontrado en japonés, y menos mal, porque si no hubiese tardado años en escribir este artículo). El leerlos ha hecho que valore más la obra de Kurosawa, ya que, de dos relatos de apenas cinco páginas cada uno, sale una de las mejores narraciones cinematográficas de la historia. Obra maestra de la que Hollywood hizo un remake dirigido por Martin Ritt con su actor fetiche de la época, Paul Newman que, junto con algún otro como Edward G. Robinson, son de lo poco que se salva de la cinta (es admirable ver a Newman de bandido mejicano hablando medio borracho y en una especie de spanglish). La pena es que la película perdía desde el primer momento (Cambiar el conseguido escenario de la puerta de Rashomon, en ruinas y con una lluvia casi torrencial en toda la película por una estación de tren en medio del lejano oeste...)

Y ahora se atreven a hacer otra versión. ¿Para qué? Como decía el poeta "No le toques ya más / que así es la rosa". Kurosawa alcanzó la perfección, ¿quién va a darle la importancia a la lluvia, al bosque de bambú, a elogiar la sombra como lo hizo él en la película? ¿Se puede superar tal perfección?

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