martes, 25 de mayo de 2010

Cultura Inquieta

El año pasado me lo pasé genial en el festival de Músicas Negras en Getafe durante el mes de julio, mientras me recuperaba de mi operación de rodilla. Y este año, con la pierna preparada para bailar, espero pasarlo mejor. Además este verano el festival toma otra dimensión. Pasa a ser el festival de la música y las artes visuales CULTURA INQUIETA. Dentro caben, durante cuatro semanas, los conciertos de Músicas Negras, cargaditos de buen soul, jazz... World Music, Los Teatros del Patio y Filmoteca y Luna, con un ciclo dedicado a la serie B. Todo eso y mucho más os espera en las tardes de julio en el patio del Hospitalillo, en Getafe. Que lo disfruten. Ah, y la página, claro www.culturainquieta.com.

martes, 18 de mayo de 2010

Lecciones de lengua (III)

En esta última evaluación les he mandado leer a mis chicos de segundo La vida sobre ruedas, un librito con cuatro recuerdos de infancia y juventud de Miguel Delibes (como homenaje, vamos)del cual tenían que hacer un trabajo obligatorio y, en el examen global, he puesto un par de preguntas que hacen referencia al libro que, si te lo has leído, tienes medio puntito en el bolsillo de regalo.

Bueno pues, solucionando dudas del examen, una alumna me preguntaba entre seria y extrañada: "Y... la número 8... lo del protagonista de La vida sobre ruedas... esto... ¿Esa qué peli es, profe?"

Miedo me da ver el ejercicio donde les he pedido una metáfora de la lluvia...

jueves, 13 de mayo de 2010

"Ozoratopeyas"

Siempre nos quedará su obra, sobre todo la primera, la del cine de los 50 con películas memorables como Los Tramposos.
Yo recuerdo cuando era pequeño y Antonio Ozores salía en el Un, dos, tres... de colaborador, haciendo siempre ese gag final en el que soltaba esas onomatopeyas con frases entre medias, tan absurdas, con las que no decía nada. "Ozoratopeyas" las podía haber llamado.



Algo así como lo que vienen diciendo los políticos de España, con la salvedad de que ellos ya no tienen ni puta gracia (con perdón).

lunes, 10 de mayo de 2010

De Gene Kelly a Christopher Walken

Tengo esperándome para ver "Un día en Nueva York". Hace muchos años que la vi, y ya no la recuerdo. Así que, como me encanta ver bailar a Gene Kelly (pura envidia)ahí la tengo, esperando a tener un par de horas.
Y mientras esas horas llegan, en pequeños ratos en los que uno navega por la red, sin timón, me he topado con una de esas listas que la gente hace cuando se aburre, y que me encantan ojear porque yo también fantaseo con esas listas. Esta en concreto era de los diez video-clips más influyentes. Por supuesto, encabezado por el Thriller, y seguido de algunos clásicos que hacía tiempo no veía, temas de A-ha o Peter Gabriel, pero también alguno de la última década. Entre ellos estaba uno de un tema de Fatboy Slim que no conocía. Lo pinché y salió esto:



Fascinante ver bailar a Christopher Walken. Aunque no es la primera vez, recuerdo un musical de los 80, "Dinero caído del cielo", donde se marcaba bailes como este:



Sí, no es lo mejor de este gran actor dramático(aunque también me da envidia verlo). En nuestra mente sigue el hijo de emigrantes polacos que va al Vietnam a morir en "El Cazador" o el breve papel de "Pulp Fiction" entre otros. Pero a mi me ha caído más simpático después de ver que coincido en ese gusto por el baile atlético, esponténeo y lleno de fantasía de Gene Kelly:



No sé si algún día podré dar tres pasos seguidos como los daba él, pero se me seguirá cayendo la baba viendo sus números.

domingo, 2 de mayo de 2010

Sabor agridulce

Creo que un buen profesor no es solo el que sabe impartir clases, el que es capaz de transmitir conocimientos y, al tiempo, mantiene un clima aceptable en el aula. Yo tengo el gusto de conocer a varios que son así. Pero fuera del aula, ¿qué? Muchos de estos son reacios a pasar un minuto con sus alumnos fuera del aula... yo no. yo lo necesito como agua de mayo.
Son muchos los años que me voy tres o cuatro días a un albergue o a conocer ciudades españolas con ellos, y los que me quedan. Son muchos los momentos de sorpresas al saber que no saben hacer una cama, que no han barrido en su vida, que no han puesto una mesa para comer, que no saben a qué sabe el gazpacho o el flan de huevo. Y uno quiere seguir estando ahí, en esos momentos de ocio entre una dinámica y otra, en esos momentos de marcha por el bosque donde hablan y te hablan de sus cosas, de sus inquietudes de qué hiciste la primera vez que saliste con una chica, de que se han enamorado y no le hacen caso, de que este no me deja en paz... y no te llaman profe. Y quieren saber cómo actuar ante la vida, y quieren saber cómo afrontar un problema, y se sorprenden al verte bailar, y se mean cuando te ven venir como un ogro desesperado porque no te dejan dormir...
Una forma sana de aprender valores como el esfuerzo, el compañerismo, la responsabilidad, el respeto, ser competitivo... un paso más en su corta vida para formarse como ciudadanos de anchas miras, no burros con orejeras que van dando coces en el metro. Yo venía con un sabor dulce de mi última experiencia en un albergue con mis alumnos, y se me ha agriado al ver a ese burro dando coces. Alguien que no fue en su momento a un albergue, que no quiso escuchar a sus profesores fuera del aula, que se obcecó en ponerse orejeras por más que los demás se las quisiéramos quitar.