sábado, 14 de noviembre de 2009

La Celda 211

A estas alturas de la película no voy a desvelar nada nuevo. Todo el mundo está oyendo hablar o incluso lee críticas en periódicos y revistas de este largometraje. Todos le dan el Goya a Luis Tosar (que se va a quedar para el resto de su vida como Malamadre)y el Oscar si hace falta. Yo hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una película española que tuve la sensación del que experimenta algo bueno por primera vez. Y no debería ser así. El público fiel al cine, a ir al cine, no nos merecemos películas buenas tan de tarde en tarde. En La Celda 211 no sólo Tosar se sale interpretando, el plantel de actores españoles, muchos de ellos más conocidos por comedias, bordan este drama carcelario basado en la novela de Pérez Gandul que va a hacer que sonrían de felicidad los jefes de la editorial Lengua de Trapo.

Por cierto, la sala estaba llena.

lunes, 2 de noviembre de 2009

A José Luis López Vázquez, con admiración

Hoy el homenaje es ver esta noche una peli con José Luis López Vázquez, para pensar que no se ha ido, que seguirá con nosotros, en color





o en glorioso blanco y negro



pasándolo mal



o disfrutando a lo loco



y pensar que me seguirá haciendo pasar buenos momentos, como ocurre con los grandes actores. En él hemos tenido, como decía su personaje de Galindo en Atraco a las 3, "un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo" de la escena española.

martes, 27 de octubre de 2009

Lección de lengua

A veces comentamos en el café alguna anécdota o estupidez por parte de algún alumno. Incluso salidas de tono, pero eso es lo que menos queremos oír. Algunas de las primeras, en ocasiones son tan surrealistas, que más de uno de nosotros, los profesores a los que nos ocurre, testigos directos, miramos a varios rincones de la clase buscando la cámara escondida. "Alguien me está gastando una broma" piensas mientra no das crédito a lo que sale de la boca de un alumno, o de la cabeza al mirar al cuaderno, o del comportamiento al mirar debajo de alguna mesa...

Para muestra un botón.

El otro día estaba terminando de explicar los pronombres personales en una clase de segundo de ESO y les comenté que en partes de América (Argentina, Uruguay...) se utiliza el pronombre "vos" en lugar de "tú" y, al oír esto, un mentecato de catorce primaveras me dijo que también en España se utiliza otro pronombre en lugar de "tú". Y yo, iluso de mí, pensando que por un momento aquel zanguango iba a hablar del desusado "usted" por su generación me dijo: Sí, profe, yo he estado en Andalucía y allí en lugar de decirte "tú" te dicen "quillo".

En fin, por lo menos sabemos que viajar, ha viajado.

domingo, 18 de octubre de 2009

Una ciencia exacta

Siempre me han dicho que la matemática es una ciencia exacta, es más, los que se dedican a ella me dicen que es la única que es exacta (aunque cuando me lo dicen por mi mente pasa el símbolo del número pi, entre otros, y no entiendo eso de la exactitud). Venga, me lo creo. Es exacta. Desde luego los que no se lo creen son los medios de información.

Personas en la manifestación contra la ley del aborto:
55.316 según una empresa que contrató el grupo EFE (El tío que había contando en la salida del Metro en Sol, que cuando se aburrió de contar se fue)
265.300 según El País (engordando 15.300 la cifra de la policía para quedar bien)
1.200.000 según la Comunidad de Madrid (Esperanza en un momento contó a ojo cuando pasaba por Cibeles)
Cerca de 1.000.000 según El Mundo en su editorial (estos quedando en medio para salvarse de las críticas)
Y la organización del evento sumó dos millones.

Yo no sé mucho de matemáticas pero creo que no soy el único.
Lo que sí es exacto es que en el momento en el que una mujer se queda embarazada hay una vida que contar.

domingo, 11 de octubre de 2009

A Luis Aguilé, gracias y adiós

Se ha ido el rey de mis recoleterías, como El Tío Calambres, Es una lata el trabajar o Juanita Banana. El de las versiones en castellano de Adamo, de Celentano... El chico ye-yé que vino de Argentina y se paseó por los sesenta por la Televisión Española con su sombrero, su bastón y sus largas corbatas, que cantó a Cuba, a la Navidad, al amor...

Recuerdo que en sus últimas apariciones siempre alardeaba de la cantidad de canciones que había compuesto, más de 400, así que, con lo que cobra la SGAE sus herederos tienen el futuro asegurado, digo yo, amén de lo que se llevara don Luis por las versiones que otros hicieron de sus canciones.

Luis Aguilé, inimitable. Perdón, todo lo contrario, que recuerdo la actuación de Martes y Trece, y gracias a Youtube, la de Esteso. Algo tendría este Luis Aguilé que, para poner un vídeo que acompañe a esta entrada he querido buscar una actuación en la que cantara La Chatunga, que es de las que más me gustan, aunque no fuera suya, y me he encontrado cosas como el tema bailado a ritmo de tecktonik (algo que he visto bailar a mis alumnos en el recreo), el tema en versión de Doctor Explosión (hace años que me encantó) y con imágenes de La Hora Chanante y Travolta en Pulp Fiction, y hasta una actuación de The Who (alguno que lo lea dirá que ya está el pesao) con La Chatunga de fondo... la gente se aburre mucho o es que de verdad tenía algo. Así que mejor no poner vídeo.

Por cierto que en el periódico donde he leído la noticia se decía que seguía trabajando en una Zarzuela y en otras cosas, entre ellas, y esto le va a sorprender a mi amigo José, en poner música a poemas de José Hierro. Un genio este Aguilé, imitable o inimitable, como ustedes quieran.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

The Who en Woodstock y bollos de mosto




Acababa de llegar a casa y dejar la cartera cuando me llamó al fijo un compañero avisándome de que, en Radio 3, estaban pinchando la actuación de The Who en Woodstock. "Bueno, lo oiré en el coche un rato, porque he subido a casa para dejar las cosas y coger las llaves del coche. Muchas gracias por avisar" y le colgué, cogí las llaves y salí pitando. La verdad es que en mi mente estaba sólo el llegar a casa de mis padres, que habían venido del pueblo, y me habían traído bollos de mosto.

Pensé que lo de Radio 3 no sería para tanto pero, al sintonizarlo y oír al locutor contar lo que había ocurrido en aquel histórico concierto del 69 se empezó a alimentar ese gusanillo que llevo dentro que sólo se alimenta a base de historietas del rock. En el transcurso de poco más de 20 kilómetros que separan mi casa de la de mis padres disfruté de temas de Tommy que tocaron en aquel directo, y me partí la caja con la historia de un brasas anarco-comunista que, con permiso del organizador del evento, intentó arengar a la masa ácida y emporrada y lo que consiguió fue un guitarrazo en toda la cabeza por parte de Pete Townshend, que también estaba viajando a la vez que sus dedos ensangrentaban su Gibson, todo sea dicho.

Cuando aparqué subí deprisa, con la idea de seguir escuchando el programa pero... pero el rock y The Who se fueron al garete cuando en la cocina los vi, con su bolsita transparente de siempre y el letrero de la panadería de Simón. Me vinieron a la mente, como un torrente de esas tormentas que azotan por estas fechas el Levante, los desayunos y meriendas con bollos de mosto y Cola Cao. Mira que el pueblo de mi madre tiene unas fiestas llenas de luz y sonido, con el toro de carretillas iluminando las noches de Barrax, en la llanura de Albacete... pues yo me quedo con esos bollos que hacen con el primer mosto del año, que ya deben ser buenos, se preguntarán los que me conocen, porque para que se olvidara del rock...

¡Dios, qué desayunos me esperan!

viernes, 25 de septiembre de 2009

El secreto de sus ojos

Otra vez Juan José Campanella me ha dado esperanza para pensar que el cine con buenas historias sigue. Ya desde la famosa El hijo de la novia nos maravilló a los del otro lado del charco, aunque en su pasaporte ponga que desde hace unos años es uno de nosotros. Una gran narración que juega, como lo hizo en El mismo amor, la misma lluvia, con idas y venidas al pasado, desvelando poco a poco la trama mientras los actores, el mismo binomio de entonces, Darín-Villamil, nos muestran primeros planos de sus personajes, enamorados desde que se encuentran sus ojos en un despacho rancio de un juzgado. Aviso, esos planos pierden ese amor que transmiten si no se ven en pantalla grande. Fijo.

Y, eso sí, todo envuelto en un lenguaje mundano de Buenos Aires que nos encandila, que nos hace reír y que, en algunos momentos hasta ni entendemos pero que todos imitamos según salimos del cine.

No es imprescindible, pero sí saludable.