viernes, 3 de diciembre de 2010

Tesoro encontrado

Uno a estas alturas de la vida, que todavía considero breve, ha leído pocos libros, aunque haya estudiado filología, lo cual no quiere decir nada. Pero sí tiene claro que, de los que ha leído, tiene especial cariño por algunos. No porque sean buenos, más bien por el momento en que cayeron en sus manos (un regalo, una fecha señalada, los ahorros de una paga, un encuentro con el autor...) Y así tenemos las estanterías llenas de libros a los que les debes un cariño especial.
De esto, que parece no tener mucha importancia en nuestra vida diaria, me he dado cuenta especialmente esta semana. Me ha ocurrido con libros de Manuel Rivas y uno de Azcona. ¿Qué tienen que ver? Pues que en un taller de cine y literatura puse a los chavales La lengua de las mariposas, obra basada en unos cuentos de Rivas y que se ocupó de darles forma de guión Azcona.
Después de la película, yo que tengo en estima la prosa del genial gallego, y que alabo las películas donde puso su mano el riojano, me fui con mis libros a los alumnos para que les echasen un vistazo, leer algo de la obra primitiva... y que vieran lo que es un buen libro dedicado. Porque Manuel Rivas es, que yo conozca, el autor que hace del momento de dedicar un libro algo mágico. Mientras charla con voz sosegada saca de sus bolsillos pluma y lápiz y dibuja, pranquilamente, una barca en la orilla, un campo de amapolas...
Y mientras yo me recreaba con esos recuerdos de encuentros que tuve con el autor, los alumnos apreciaban el valor de esos libros. Después, por arte de birlo y birloque, me desaparecieron de la sala de profesores, y eso es lo que me ha hecho pasar una semana pensando en el cariño que le tengo a los libros. Y, tirando de aquí e hilando de allá, llegué a la conclusión que, equivocadamente, alguien los había embalado para una campaña de una ong que demandaba material escolar y de lectura.
Así que, hace un par de horas que vengo de helarme en un contenedor subiendo, bajando, abriendo y cerrando cajas hasta que, por fin...

1 comentario:

Unknown dijo...

Vaya, menos mal que al fin diste con ellos, Sherlock. Andaba yo preocupada con este asunto y, cada vez que llegaba un nuevo correo tuyo, era como recibir un nuevo capítulo de la serie negra: "Las novelas perdidas de DRG".

Bueno..., pues felicidades y a guardarlos bien en la biblioteca.