No es de extrañar que en los libros de religión se hable no solo de santos y sus vidas ejemplares. Y tampoco es raro ver que se hace referencia a gente que no está en los altares aunque su vida haya sido ejemplar, como Ghandi. Otros, por suerte, todavía están vivos, y no sólo aparecen en los libros de religión, sino que coinciden (bendita providencia) en los de Educación para la Ciudadanía. Tal es el caso, por ejemplo, de Nelson Mandela.
Hoy he visto el musical Umoja y el nombre del líder sudafricano no se oía en ningún momento, pero estaba allí. El tema central, Umoja, que significa unidos, me traía recuerdos de aquel Free Nelson Mandela de Special AKA. Un espectáculo donde la fuerza tribal de los tambores y el ritmo está presente desde el principio, donde se nos muestran los orígenes de la música sudafricana, pasando por las tendencias del siglo XX que influyeron en la música moderna americana, como el soul, y las influencias que ellos recibieron y amoldaron a su cultura, como en los espirituales góspel. Música, sobre todo, para superar el sufrimiento de un pueblo oprimido durante cuatro décadas por un régimen segregacionista incomprensible para cualquier persona con valores cristianos o que haya sido educado como un buen ciudadano (y de los dos había en la ONU durante el tiempo del apartheid).
En fin, todo tiene un sabor amargo cuando, después de ver esa explosión de alegría, de ritmos, de colores, se entera de que Miriam Makeba murió hace un par de días. Supongo que todos hemos oído o bailado ese baile de Johanesburgo que tanto cantó, Pata Pata (no me digáis que no, que hace poco lo utilizaron para un anuncio de la tele). Se ha ido pensando que su música, la música sudafricana de Umoja, nos siga uniendo para festejar buenos momentos, para expresar la alegría como ella lo hacía, como la niña del vídeo, como los bailarines del musical de la unión.
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