domingo, 27 de octubre de 2013

Lou Reed da su último paseo

Esta vez supongo que no lo dará por el lado salvaje, ni nos mandará a paseo mientras se queda colgado. Espero que tenga algo mejor reservado. No sabemos si en el paseo se encontrará con viejos compañeros de la Velvet que palmaron antes, con el gurú de la Factory o con su idolatrado Poe.

Aún recuerdo el concierto que dio en Madrid en el 2006. Fue horroroso tener que ver sentado en una butaca del Palacio de Congresos en la Castellana a una de esas leyendas que ya era entonces y que se dejaba caer por la capital. No es nada divertido escuchar un concierto de rock, lleno de ruido como el que está viendo El Cascanueces. Pero en fin, allí estaba el mito, vestido de negro como era usual en él, lanzando poesía por esa garganta ajada por los excesos, y contentando al público con algunos temas finales de sus comienzos, la Velvet.

Él se va de paseo pero aquí seguiré usando sus canciones para hablar del sentido de la vida que aparecen en libros de religión de bachillerato. Quién se lo iba a decir a este trovador de New York al que se le ocurrió darle la vuelta al calcetín del rock y contarnos historias enmarcadas en la Gran Manzana  que no hablaban precisamente de un amor o desamor juvenil. En Lou Reed se hizo firme eso de sexo, drogas y rock and roll y su influencia a través de medio siglo es patente en coetáneos como Bowie, los primeros Modern Lovers o en grupos como Sonic Youth y cantidad de movimientos alternativos o no de las últimas décadas.

Por último, y buscando algún vídeo para aderezar el post, me encuentro con este concierto que llegué a tener grabado en una cinta vhs cuando era un quinceañero... 

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