jueves, 21 de octubre de 2010

En el calor de la noche

Acaban de emitir en la 2 este clásico de Norman Jewison que realizó a finales de los 60. Una película bien narrada donde quizá la historia se diluya entre las interpretaciones de Sidney Potier y un magnífico Rod Steiger (he dado al botón amarillo del mando y ha sido una pasada oírles en versión original). Pero lo que me ha hecho reflexionar es la valentía de realizar una película donde está tan latente el derecho a la igualdad. Rodada en tiempos donde Martin L. King caía abatido por defender ese derecho.

Me encanta el detalle del comienzo. Mientras salen los créditos un tren llega a la estación de un pueblo de Mississippi. Cuando este para, la cámara enfoca al último escalón del vagón. Se aproxima el revisor, del que sólo se ven las piernas, y coloca su mano blanca un escalón de madera para hacer más cómoda la bajada de un hombre cuya mano, negra, lleva una maleta.

Nos queda mucha lucha, 50 años después, para ser iguales. No sólo en el respeto. Acordaos que este domingo se celebra el Domingo Mundial (Domund) y habrá muchachos pidiendo por los desfavorecidos, por los que deberían ser iguales.

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