sábado, 7 de marzo de 2009

El viejo Clint

Una vez leí o quizás escuché que, cuando se va al cine y tu culo no se mueve de la butaca ni un centímetro desde que empieza la película hasta que acaba es que la película es buena. Bien, pues hacía mucho que no me pasaba hasta que ayer vi Gran Torino.
Hace mucho ya que Eastwood pasó de ser ese tipo que parecía que sólo actuaba con los ojos, con papeles de tipo duro y parco en palabras (aunque no ha variado mucho el registro) a que todo el mundo se rindiera a sus pies como director. No sé si le queda algún género en el que le merezca la pena hacer una gran película, sólo sé que, en cuanto a un aercamiento a la realidad social americana, lo ha bordado. Imprescindible.

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