domingo, 11 de diciembre de 2011

Lección de lengua IV

En algunas ocasiones, cuando comienzo a explicar la sintaxis del español a los alumnos más pequeños, utilizo la pizarra, y las tizas de colores y les dibujo un tren. A ellos, que son pequeños pero ya preadolescentes, no les gusta, es como tratarles como a niños que no son, o tontos de baba. Yo intento convencerles de que lo asimilarán mejor, y sigo...

Les explico que la oración es como un tren, del que tira una locomotora, que es el verbo (para el ABC de hoy esa locomotora son Francia y Alemania). Después están los vagones de pasajeros, donde va el nombre (para el periódico los que debemos sanearnos cuanto antes, España, Bélgica, Italia...) y el que está por él, el pronombre (los que sí, pero no, es decir, Suecia, Gran Bretaña y Dinamarca); en otro vagón va el equipaje de los pasajeros, el adjetivo (los rescatados, Irlanda, Grecia y Portugal) que en ocasiones puede ser prescindible; y después irían los vagones restaurantes, de mercancías que no todos tienen con los adverbios, determinantes, conjunciones... ( en el papel, los que quieren entrar en el Euro, Polonia, Bulgaria, Estonia...)

Los alumnos se enteran a la primera del valor de las palabras, de la importancia dentro de la oración que tiene cada una, igual que a mi no me ha hecho falta leer el artículo después de ver la imagen del tren europeo. Sólo me preocupa una cosa después de pensar en esta metáfora, y es que en la lengua, la locomotora sola es una oración. Espero que Alemania y Francia no se lo crean...

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